Pocos planes son tan divertidos para los más pequeños ir a la piscina. Verano y juegos en el agua van casi siempre de la mano. Pero no todo es diversión: hay una serie de precauciones al ir a la piscina con los niños.  

Los más pequeños, por su inexperiencia, pueden verse en una situación peligrosa en cualquier piscina, grande o pequeña. Por eso resulta imperioso que los adultos a cargo tomen todas las previsiones necesarias para evitar cualquier disgusto. Un descuido o la falta de prudencia pueden tener consecuencias muy graves.

Consejos para que los niños estén seguros en una piscina 

Lo primero a tener en cuenta es que el ejercicio y el juego en el agua ofrece grandes beneficios para el desarrollo de los niños. Por lo tanto, los padres deben educar y tomar todas las precauciones necesarias pero sin transmitir temor o miedo a esta actividad. 

En lo que respecta a las edades, los niños menores de 5 años son, según guardavidas y especialistas, los que tienen mayores probabilidades de sufrir accidentes. Por lo general no saben nadar y es difícil que entienda los riesgos que conlleva la imprudencia.

En niños más mayores es más fácil que comprendan cuáles son las normas y medidas preventivas que deben seguir para estar seguros en la piscina. No obstante, la vigilancia y los cuidados deben estar presentes en todas las edades. 

Vigilancia activa 

La Asociación Nacional de Seguridad Infantil recomienda a los padres tener siempre en cuenta la denominada norma 10/20: cada 10 segundos el adulto responsable de la vigilancia debe mirar si hay menores dentro o alrededor de la piscina. No debe tardar más de 20 segundos en llegar a ella. Esta es una de las precauciones al ir con niños a una piscina.

Además de memorizar esta cifra (10/20), es fundamental la supervisión permanente de los pequeños. Los adultos deben hacer turnos para controlarlos tanto dentro como fuera de la piscina. Las distracciones (los teléfonos móviles, por ejemplo) son, muchas veces, responsables de los accidentes. 

Seguridad adicional

seguridad adicional en los planes de piscina con niños

Siempre son recomendables -más allá de que los niños sepan nadar- los elementos de ayuda para flotar, sobre todo en los menores de siete años. Los sistemas de seguridad adicionales homologados como manguitos, flotadores, churros, tablas, burbujas o chalecos salvavidas son buenos aliados para los días de piscina. 

La tecnología también aporta sus avances para la seguridad de los más pequeños en las piscinas. Hay elementos que previenen los ahogamientos, tales como pulseras, gadgets y aplicaciones móviles que son utilizados cada vez por más padres durante el verano.

Instalaciones y normas

La normativa española para la seguridad en piscinas públicas exige su vallado, pero no en el caso de las privadas. La mejor medida de seguridad, según los protocolos de la Cruz Roja Española, es el cercado completo y con una puerta con seguro y que se cierre sola. Es importante que las instalaciones dispongan de pértiga, salvavidas y teléfono cerca como dispositivos de rescate.

Los padres deben insistir en la importancia de cumplir todas las normas, tanto de convivencia como de seguridad dentro de una piscina. Tomar una ducha previa, usar chancletas, llevar gorro, no tirarse de cabeza, no meterse en el agua por la noche, guardar los turnos en los toboganes y calles de la piscina, no tirarse cerca de las escaleras, son todas reglas a respetar.

Juegos y aprendizaje 

Todos los cursillos de natación hacen hincapié en la necesidad de enseñar a los niños a flotar, nadar y actuar con prevención. La familiarización de los más pequeños con el medio acuático disminuye las tasas de accidentes en las piscinas.

La parte lúdica forma parte de la estimulación dentro del agua, pero no todos los juegos están permitidos. Las ahogadillas, correr junto a la orilla o zambullirse en grupo suelen estar entre las actividades más divertidas, aunque entre las menos recomendables en lo que respecta a la seguridad. 

El sol y la digestión

Los cuidados para evitar quemaduras, deshidratación y golpes de calor son claves en las charlas entre padres e hijos a la hora de planificar un día de piscina. Los consejos básicos para protegerse del sol son: aplicarse crema solares, usar gorras y tener siempre una buena sombra para cobijarse. 

Según las estadísticas, la mayoría de los accidentes en las piscinas suceden después de comer, cuando los padres están más distraídos y los niños sin su digestión. Es muy importante que transcurra un tiempo prudente entre la comida y el siguiente chapuzón para impedir la hidrocución (corte de digestión). Esta es otra de las precauciones al ir con niños a una piscina.

Los cambios bruscos de temperatura se evitan entrando en la piscina poco a poco, mojándose primero pies, nuca, muñecas y barriga.